Los Ganglios son un dúo extremeño de música electrónica con cinco elepés editados. Y uno de ellos, Segunda Escucha, es particularmente adictivo. Uno de los cortes de ese disco es «Asturies triste», una canción pegajosamente discotequera que cuenta con un cantante distinto a los habituales.
Pues anoche tuve una revelación, una de estas ocasiones en que te das un golpe en la frente por descubrir algo que has tenido delante de las narices durante demasiado tiempo. Ese cantante es Rodrigo Cuevas. Y ya me encantaba su garganteo incluso antes de conocerle de la manera que ya os conté, de casualidad escuchando un episodio de la Tarataña.
Lo mío con Rodrigo Cuevas, por tanto, tiene una precuela.