Uno de los géneros más comunes a lo largo y ancho de, como mínimo, la Península Ibérica, es lo que yo conozco como coplillas de pique (recordad que soy extremeño).
Canciones en las que se van picando hombres o mujeres, u hombres entre ellos o mujeres entre ellas, con letras de alto contenido humorístico, irónico, e incluso rayando (y adentrándose) en lo sexual. Vamos a dar un pequeño paseo a través de este subgénero tan curioso, interesante y, qué demonios, tan divertido.
Coplillas de pique
Voy a empezar barriendo para casa: las coplillas de pique extremeñas. Y vamos a empezar por un ejemplo práctico -y bastante light, viendo lo que he visto por los cancioneros-. Particularmente vamos a empezar por esta «jota de pique», interpretada por el grupo extremeño Cogolla. Esta jota (¿la jota de la Silla?) proviene de la localidad cacereña de Torrecillas de la Tiesa.
La estructura básica es de estrofas cantadas alternadamente por representantes de ambos géneros, y estribillos entre medias, que pueden ir variando o no. Uno de ellos, que sirva como ilustración:
María si fueras mía,
María si fueras mía,
te compraría unas albarcas,
pero como no lo eres,
te jodes y andas descalza (bis)
Las hay mucho más bestias. Por poner un ejemplo, una coplilla recogida en mi propio pueblo.
Dos boquitas tienen todas
las mocitas de la Aldea:
con la una comen sopa,
y con la otra babean.
Claro que algunas se quedan en la parte bestia y eróticofestiva: en mucha no hay réplica, o la había pero se ha perdido con el paso de los años. Es el ejemplo de muchas rabeladas, que son, simplemente, gamberras, sin el componente añadido de género.
Jotas de picadillo
El mismo tipo de estructura es la que tenemos en las jotas de picadillo, de la parte del noreste peninsular (Aragón, Navarra).
Un ejemplo. Un fanfarrón de género masculino espeta a las chicas:
Hace tiempo voy buscando
una mujer que no gaste,
que tenga la lengua quieta
y no viva con su madre.
A lo que una moza brava, ni corta ni perezosa, replica:
Yo tengo un jardín, mozuelo,
que creo te va a gustar;
lo planté de remolacha
‘pa’ poderte alimentar.
Aquí podéis ver un ejemplo de interpretación de estas curiosas y divertidas jotas de picadillo.
Desgarrada
Si vamos al sur del Miño o a la parte portuguesa del Duero o el Tajo (es decir, a Portugal), podemos ver otro tipo de canciones de este tipo, con las mismas características básicas, pero con el sonido característico del folklore portugués. Su nombre son las desgarradas o cantares/cantigas ao desafío (parte de las cantigas de escarnio).
Aunque en Portugal, debido a que la música popular bebe directamente de la música tradicional portuguesa, siguen componiéndose e interpretándose este tipo de canciones, con Augusto Canario y Quim Barreiros como principales exponentes. Claro que hay muchos intérpretes y muchas bandas que componen y difunden este tipo de canciones.
También es cierto que las desgarradas son un género demasiado amplio, e incluso van más allá de lo que conocemos aquí como las coplillas de pique. Pueden tener crítica social o política, o insultos descarados. Quizá sean más similares en ese sentido a las chirigotas gaditanas que a las coplillas de pique de las que estamos hablando.
Aquí tenéis un ejemplo, precisamente de Augusto Canario.
Podéis ver un blog dedicado específicamente a los cantares ao desafío, si tenéis curiosidad y os gusta la música portuguesa.